Nosotros, Pueblos Indígenas, organizaciones, movimientos y coaliciones territoriales y defensoras de la naturaleza, la amazonía y los derechos  de Abya Yala y del mundo, nos reunimos hoy en Quito por una razón clara: desde esta ciudad partieron hace siglos las misiones que, arrogándose el ‘descubrimiento’ del Gran Río Amazonas, llevaron la conquista a nuestros territorios y a toda la Amazonía.

Hoy, desde este mismo punto, en memoria del 12 de octubre —inicio de la colonización de América— y en conmemoración del primer gran levantamiento de los Pueblos Indígenas de todo el continente en 1992, iniciamos una nueva historia. Partimos, no para conquistar, sino para conectar. Partimos para que el mundo, al fin, escuche las voces del territorio.

A vísperas del 12 de octubre, fecha que marca siglos de despojo, presentamos la Flotilla Amazónica Yaku Mama, una coalición de pueblos, comunidades, organizaciones y movimientos que se unen para recorrer 3,000 km desde los glaciares andinos de Ecuador hasta Belém en Brasil, para llegar a la COP30. Unidos como un solo cuerpo —Andes, Amazonía y bosques del mundo— navegamos para recordar que la vida del planeta depende de la protección de nuestros territorios y de nuestros derechos.

Navegamos para recordarle al mundo que la verdadera acción climática no se firma en acuerdos, se vive y se defiende en nuestros territorios cada día y para decirle al mundo que la Amazonía y los territorios indígenas y colectivos son el corazón de la respuesta climática global.

Este recorrido es la diversidad en movimiento. En cada parada mostraremos las cicatrices del extractivismo —minería ilegal, derrames petroleros, falsas soluciones climáticas— y también revelaremos la fuerza de nuestras alternativas: la economía del bosque vivo, la ciencia ancestral y la gobernanza colectiva.

No vamos a Belém a pedir un espacio; vamos a exigir que las políticas climáticas se construyan desde los territorios con justicia para quienes cuidamos la vida.

NUESTRAS DENUNCIAS

  • Nuestros territorios, últimos refugios de recursos vitales, son arrasados por el cambio climático y el extractivismo. 
  • La llamada ‘transición energética’ que se nos impone no es más que una nueva forma de colonialismo. A través de la extracción de minerales y metales —como el litio y el cobre— para ‘tecnologías verdes’, se crean nuevas zonas de sacrificio en nuestros territorios . Esto contradice abiertamente el discurso de sostenibilidad de la COP30 y perpetúa la hipocresía climática, al tiempo que criminaliza a quienes defienden la tierra y el agua.
  • La crisis climática tiene raíces coloniales y extractivistas, y quienes menos la provocamos —Pueblos Indígenas, comunidades territoriales de base — somos los más afectados.
  • Se nos imponen planes de transición energética que crean nuevas zonas de sacrificio, se nos niega participación en decisiones y acceso a fondos climáticos, mientras nuestros defensores son criminalizados y asesinados.
  • La COP30 no puede seguir decidiendo sobre nosotros, sin nosotros.

NUESTRAS PROPUESTAS Y EXIGENCIAS

  • Defender los territorios como acción climática principal: Exigimos el reconocimiento y garantía de derechos territoriales para proteger los bosques, los ríos y la biodiversidad.
  • Amazonía libre de petróleo: Exigimos la prohibición de la exploración y extracción de combustibles fósiles en la Amazonía y en los territorios indígenas del mundo para proteger la naturaleza, y,  a las y los  defensores de la tierra y la vida. Solo una Amazonía libre de extracción de petróleo, gas y carbón puede garantizar la protección de los defensores, preservar la biodiversidad, y asegurar la resiliencia climática global. La Amazonía no es un recurso para explotar; es un ser vivo que requiere ser protegido.
  • Transición energética justa y vinculante: Exigimos que la transición energética sea verdaderamente justa, respetando el Consentimiento Libre, Previo e Informado y poniendo fin a los proyectos de combustibles fósiles que amenazan nuestros territorios y formas de vida. 
  • Reconocimiento y protección de zonas intangibles: Exigimos el reconocimiento y protección de zonas intangibles y libres de explotación en los lugares en los que habitan Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI). El reconocimiento, la defensa y la constitución de territorios para los PIACI es fundamental para garantizar las formas de vida de estos pueblos, la conservación de extensos bosques en pie, la biodiversidad, así como para el equilibrio climático del planeta tierra y la calidad de vida de todos sus habitantes. 
  • Financiamiento directo a quienes cuidan la vida: fondos climáticos ágiles y sin intermediarios para nuestras comunidades.
  • Integración de conocimientos y diversidad cultural: Instamos a que nuestros conocimientos y prácticas tradicionales sean reconocidas e integradas en las políticas climáticas  como soluciones replicables y reconocidas globalmente.
  • Protección de defensoras y defensores de la tierra: Exigimos seguridad y fin de la impunidad frente a las amenazas, asesinatos y criminalización de quienes defendemos la tierra, la vida y el equilibrio del planeta.

Navegamos desde el centro del mundo para trasladar el centro de las decisiones desde los escritorios hacia los territorios, porque la verdadera justicia climática nace en la tierra, fluye con sus ríos y se sostiene en quienes la cuidan.

Declaratoria dada en todo el mundo el 9 de octubre de 2025

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